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viernes, 6 de enero de 2012

Sus mejores colores.



Se puso sus mejores colores, tanto en tela como en sus mofletes. Las manos le temblaban, los dedos no los notaba suyos, las piernas parecían querer echar a correr sin permiso.

El día anterior, en la cafetería, consiguió decidir lo que llevaba rumiando tres años: cogería su camiseta, lo sentaría de un tirón y se lo diría, aunque fuera a gritos, pero tenía que salir.

Mucho tiempo aguantado a ver si era capaz de ser una buena amiga, de ser la amante perfecta, de pasar desapercibida pero conseguir su atención.. pero el deseo de tenerle como suyo le mataba. Tenía pesadillas, no podía mirarle sin un deseo mezclado con un cosquilleo.. Una explosión que no era capaz de controlar, sabiendo que nunca sería calmado el dolor y que nunca sería suyo.
Lo tenía casi todo planeado, pero sus sentimientos seguro que estaban preparando también como hacerle la jugada cuando llegara el momento.
Cogió su chaqueta y el último vistazo al espejo.
El carmín bien escogido, la frente bien alta y se encaminaba con paso firme y las piernas en su sitio.

En la esquina le esperaba.
El perfil era su debilidad. El sol hacía la función de hacer que sus ojos se convirtiesen en luceros incluso con luz. El corazón le daba golpes en el pecho, frenético.
La mano en el bolsillo, el hombro apoyado.. Unútil describir, ni ella sabía lo que estaba viendo.

Ralentizó el paso, él miraba, las miradas se entorpecieron y ella quedó lívida frente a él.
Él tomó su mano, temblaba igual que ella. Le levantó un poco la cara y sus narices se rozaron.

Un "te amo" en silencio.
Dos personas que se pertenecen.
Un destino que los separa.



"Tú por tu camino. Yo por el mío."




171008

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