Anuncio

martes, 20 de agosto de 2013

Aunque no lo sabe nadie..

Cuentan que nunca podrían estar juntos.
El deber de uno y el del otro eran tan distintos como el día y la noche.
Era su naturaleza, su ser, su vida y su muerte cada crepúsculo, y al alba.

"El mar te ama, pero hoy eres mía."
"El cielo es tuyo, pero esta noche eres mío."

Cuentan que un medio día se hizo madrugada.

miércoles, 14 de agosto de 2013

Quizá.

Quizá el simple hecho de que te duelan las cosas te hacen ser consciente de que igual pecas de soberbia.
Sí, de soberbia, por pensar que eres importante para aquellos a los que en algún momento, por las razones que fueren, lo fuiste.
Pero no te equivoques, no. No es algo malo, lo mejor para rectificar es conocer. Y al conocer, viene el nuevo escalón, el largo y tedioso camino de la madurez.
Es un camino tan cambiante y tan fijo que nunca sabes muy bien cómo seguir, si adelantas o te quedas atrás... pero en este caso os digo, que el conocimiento de este hecho es un gran paso hacia adelante.
La gente cambia, ¡y nosotros mismos también! No busquemos culpables, porque siempre los hay.
Lo que ahora importa es quitarnos pesos de encima, que no haya obstáculos innecesarios a la hora de seguir avanzando, y tener los apoyos que sepamos que van a estar, lo hayamos pedido o no.



Basta de fachadas, de promesas y de títulos.
O basta de creer en un "para siempre" como una regla no escrita. 

Adelante.

martes, 13 de agosto de 2013

Serie B&N




domingo, 11 de agosto de 2013

Lo mató por amor.




    -  Dios mío, eres como un bloque de hielo.
   - Eso me decía mi querido y joven esposo…
   - ¿Por qué cojones quiso tenerte en su vida? Llevo horas contigo y es como hablarle a un enorme glaciar, es como… -un escalofrío recorrió su cuerpo-. Todo lo que puedo sacar de ti es …frío.
  - Quizá seas el único que camine todavía que haya conseguido sacar algo que no forme parte de mi máscara. Te diré un secreto.

El pánico inundó la mente del chico. Esos ojos que tanto le recordaban parecía que estaban cambiando de color. Ese verde que llamaría la atención de cualquiera se estaba enfriando en pocos segundos, la expresión de furia dio paso a unos gélidos ojos azules.

  - Voy a ser sincera por una vez, te daré una primicia, chico: ¿sabes por qué hago todo esto? Quizá sea la curiosidad de saber si soy capaz de desafiar a eso en lo que creéis,  a lo que llamáis Dios, a eso que se supone que os protege…



Se desperezó un poco. Se giró y…
<<Mierda, va a sonar el plástico este inútil.>>
La noche anterior llegó tarde a casa, procuró no hacer demasiado ruido al meterse en la cama, y por una vez él no se despertó con esa mirada de cansancio y preocupación a la vez.
Terminó de colocarse sin que él se diese cuenta y se quedó mirando al techo, como llevaba haciendo desde que llegó a las tres de la madrugada.
Ladeó un poco la cara y vio la silueta de ese ser con el que compartía su vid… ¿vida? Como queráis llamarle. Observó cada una de sus líneas, y con ellas fue escribiendo en su mente el gran plan. ¿Cómo saldría todo?

Mientras tanto, una marca en su costado en un idioma ilegible se iba cicatrizando: “La mejor vida es aquella que no se vive.”

viernes, 9 de agosto de 2013

Rocío y Natalia.

Hace unas semanas tuve el placer de fotografiar a estas dos preciosidades. 
Aquí os dejo mis favoritas:







jueves, 8 de agosto de 2013

Las estrellas.

Las estrellas escondían secretos aunque estaban permanentemente a la luz. Sólo que nadie era capaz de percibir sus enigmas.. o casi nadie.
Bastaba con sentarse y ser libre de pensamiento, divagar por la gran esfera de nuestro cielo y, simplemente, preguntarles educadamente: "¿Por qué parpadeáis?"

Ellas son coquetas, maliciosas pero gráciles como una gacela esquiva, al final se volverán y te dirán entre pestañeo y pestañeo lo que llevan milenios (o quizá... no exista el número en nuestro pobre idioma de mortales) escondiendo hasta que alguien amable y curioso se parara a verlas de verdad.

Hay tantas estrellas que es una sorpresa, tan grande como ese número no nato en nuestra lengua, que alguien pose su conciencia en ellas como una suave caricia que ellas, al final, nos harán dichosos por saber sus secretos.

Es una pena que nadie sea capaz de coquetear con esas luces.
O casi nadie.