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martes, 29 de mayo de 2012

Emocionémonos, es gratis.



Aunque dure unos minutos, cuando el estómago se te encoge, algo se mueve en tu interior producto de la sonrisa que acaban de fabricar para robártela, aunque sea un instante es suficiente para que sea el mundo merecedor de verte feliz, tu cara será así un sobrecogedor  poema sobre los mejores segundos del día.

domingo, 27 de mayo de 2012

El peor de los finales.



Mientras paseaba en esa oscura ciudad, iba imaginando cómo iba a ser mi final en alguno de sus rincones, perdido en el olvido. La nostalgia del ayer me arrastraba por esas calles, con la carga de la vergüenza, anhelando lo que ya fui, no lo que soy ahora, menos digno que un perro vagabundeando por las sombras.
Quiero que acabe ya, nadie es capaz de mantener mi siniestra mirada, mi corazón ya no es capaz de soportar el peso de mi anterior vida, porque ya no aguanto más que eso, el terrible sufrimiento de recordar lo que viví. Ahora me ahogo entre mis propios temores, sin ser visto por nadie, invisible bajo los ojos de este mundo que me desprecia.



sábado, 26 de mayo de 2012

Me confié pensando en que nunca sería capaz de que me faltara nadie, es distinto que echar de menos.
Y me pillé la mano yo solita.

Te echaré de menos.

Me senté al lado de mi vieja radio e imaginé que estaba en la silla de al lado.
Qué tiempos eran, aquellos en los que tarareaba las canciones que sonaban en esa vieja radio, me apretaba fuerte cada vez que salía esa misma, con la que nos conocimos, curvaba su cuello hacia atrás, dejando caer su larga melena mientras sonreía y me miraba de reojo. Mientras lo recordaba manchando ese papel de lágrimas tímidas que sólo ella quería que viera.


Pero ella estaba allí. Cerré los ojos, le di las gracias a esa antigua radio por traerme esos recuerdos y me llevó de la mano.

jueves, 24 de mayo de 2012

Delicadamente.


Las personas cambian a las personas.
El tiempo ayuda, siempre nos persigue, se hizo cómplice con nuestra sombra, pero no es quien va delante, si vamos en buen camino, siempre irá detrás, por mucho que queramos hacerle a él culpable.

No quiero hablar más del tiempo, siempre contando y almacenando minutos, no la vida que los rellena. De esas vidas que hacen que sea posible seguir caminando con alegría.

Buscaba sorprender. Lo ha conseguido.


miércoles, 23 de mayo de 2012

Quédate cerca y no hará falta un Sol que ilumine el mundo.
Aun así te vigilo, ladrón de sonrisas.

Notas en mitad de clase.


Se despertó, se desperezó e hizo un repaso de todo aquello que debía no hacer en el día que se le postraba a los pies de su cama.
Jugueteó un rato con los dedos de los pies, una absurda lucha imaginaria mientras iba enumerando todo lo que le rechinaba de sí misma, como ejercicio para comenzar una nueva oportunidad.
Puso los pies en el suelo, sintió el contraste entre el frío del mármol y su piel, un escalofrío cabalgó por cada una de las curvas que dibujaban su figura al estirar bien los brazos para rozar las plumas del techo, haciendo así estremecerse hasta al último cabello.
¡Cuántas cosas le deparaba el día! Y en la ventana se sentó a conversar con el sol, estaba tan adormilado como ella, pero é estaba un poco cabreado, hoy iba a hacer el camino para casi nada, las nubes le iban a tapar durante todo el día, bloqueando así su hermosa luz, pero no tenía más remedio que seguir. En un momento, antes de que ella terminara de desearle suerte, el sol ya había salido por completo, pero oculto entre las nubes.

Ella aprendió dos cosas:
¿Para qué lamentarse? A evitar todo lo que tenía en mente minutos antes. Nada como superarse a sí mismo. Luego... ¿Para qué hacerse notar? Su amigo el Sol es quien nos da el empujón de cada día, sin él poco haríamos en este vasto terreno, Gea necesita a alguien  que le de calor, aunque se levante con mal pie y coloque nubarrones con los que ni ella era capaz de hacer que se disiparan un poco. El Sol en todo esto prefería no ser el protagonista, de hecho, ni nos planteamos lo increíblemente indispensable que es para nosotros, y hoy menos, porque los malos humos de Gea no daban pie a que se le viera. Pero estaba, dispuesto a darle calor en cuanto se pudiera.

Esa noche soñó con que se juntaba con él, sus rayos la balanceaban libremente por el firmamento mientras se espolvoreaba la cara con polvo de estrella. Soñó que cuando se sintió cansada la llevaba a su nuevo lecho, aquel que llaman Luna, y así fue como cayó en un profundo sueño del que ya no os puedo contar más.

lunes, 21 de mayo de 2012

Os aseguro que una se siente satisfecha de hacer feliz a alguien, de cambiar, aunque sea un poquito, su visión del mundo.
Igual es echarme demasiadas flores, pero lo que no nos puede quitar nadie es el poder de hacer girar con tus decisiones el rumbo de otro, un afortunado accidente.Dicen que sea egoísta, pues me quedaré con la parte de afortunado.



domingo, 20 de mayo de 2012

Un dios y su historia.

El tiempo es un regalo que solemos desperdiciar.
Cuando debemos estar en un lugar, siempre hay un imprevisto que te entorpece, te hace volver a caer en el mismo error de no estar donde debes.
Y te quedas cómodamente con un dios que te cuenta su historia entre suministro y suministro de lo necesario en el mundo que domina.
Te cuenta, te embauca a respirar el delicioso aroma que desprende el tiempo, cada gotita que deja caer, regalo que no debemos desperdiciar.
El dios termina su historia con otro regalo, quizá el que más aprecias: un nuevo recuerdo que guardar con el recelo que solía envolverte.


¿Quién le da culto, adora a quién?

sábado, 19 de mayo de 2012

Para nada.

Siempre me he sentido como el pilar central de esa superficie de superficialidad.
No,  queridos, no es egocentrismo, me explico.
Cuatro pilares y uno en el centro, ese soy yo.
Sí, ese soy yo, el que confiere un poco de estabilidad cuando el terreno es escarpado, difícil de sostenerse, pero totalmente innecesario cuando el terreno es llano y apaciguado.

Sólo os digo que nunca hay que empeñarse en que sea siempre así. Dicen que lo más estable, incluso más que esos cinco pilares, o esos cuatro, desde luego sostienen mejor tres apoyos, pero si se sobrecarga... oh, seguirá siendo más fuerte que el de cuatro, e incluso, el de cinco.

jueves, 17 de mayo de 2012

Impulsos.

Nunca he sido partidaria de hacer lo que me parezca.
Siempre he terminado teniendo en cuenta a todo lo que me rodea, y no, no tiene mérito alguno cuando es algo que hago sin querer.
En cambio, aunque de vez en cuando crea que existe algo llamado karma, parece que me devuelve lo que hago al contrario, pero son cosas que pasan, la vida y esas fechorías que les suceden a los que por aquí.

Vivimos en un mundo que se basa en el consumo excesivo, explosivo, egoísta, ombliguista, maltrecho, único e irrepetible de felicidad.
¿Para qué estamos aquí? Cualquiera dirá, para ser felices. Pero nadie dijo que tenía que conseguirlo a toda costa, melón, tajá en la mano, nadie, en ningún momento nos metió ese peso en la cabeza, pero hemos asumido un peso egoísta y estúpido que consiste en, eso. Nada, al final.

La felicidad no se puede derrochar, pero tampoco es para que la ahorres y la saques de vez en cuando quitarle el polvo y volver a meter esa cajita en el ático del alma, no. La felicidad está para tener esa cajita a mano, siempre. Sacarla en mitad de la calle y hacer que respire ese polvillo de olor agradable a quien te acompañe en ese momento duro, o meter la cajita en el cajón de la mesita de noche, para espolvorear a quien te acompaña en la batalla de cada noche y extendérselos por todo el cuerpo con cada caricia.

La felicidad es sencillez, el sí, el dejar trocitos de corazón y a ser los culpables de provocar sonrisas.
En eso consiste.
Y eso es lo que quiero ser de mayor. Dejémonos de títulos y de logros que se clasifican en un ordenador. Hagámoslo bien.


martes, 15 de mayo de 2012

Oiga, escúcheme, señorita.

En el momento en el que le pones nombre tienes la obligación de llevar a cabo todo lo que suponga el ser lo que lleva ese nombre.
Mi conclusión (la nuestra): una tontería más, pero de las que ni importan ni llegan a hacer gracia.
Me hace más gracia soportar la seriedad. Qué ironía, ¿no?

lunes, 14 de mayo de 2012

Dejar que el alma se reblandezca sobre su semblante estirado, mientras te apoyas te coge fuertemente la mano, sabes que no te dejará caer.

Lo esencial no es visible a los ojos.





Mi amante son los detalles. 
Me persiguen y los persigo, nos encontramos en los lugares más escondidos, lo esencial no es visible a los ojos.


Acariciar la palma de la mano.
Extender los brazos y dejar que se acomode el cielo en ellos.
Rozar con la yema de los dedos las hojas más altas del árbol que hay sobre mi cabeza.


Tararear en el anochecer mientras el viento me despeina.
Recordar palabras que resuenan en mi memoria, esa terraza, y sentirme estúpida por querer fabricar nuevos recuerdos con otros.
Pensar y darme cuenta de las vueltas que da la vida, de lo rápido que me lleva el tiempo, de lo pronto que se ha echado la noche sobre mis pestañas.



domingo, 13 de mayo de 2012

Definición gráfica.


En algún momento de nuestra vida, todo va bien. O hay algo que hace que parezca que todo lo demás va bien, te da fuerzas para seguir luchando por lo que quieres,  y por lo que no nos gusta, también.
Pero cuando esos momentos aparecen por obra y milagros de la suerte, hay algo que falla. Ese algo que hace que te sientas egoísta, imbécil de demás amores que surgen por naturaleza.
Nada depende de una sola persona. Nada ni nunca, por mucho que queramos engañarnos a nosotros mismos. Siempre necesitamos a alguien para que nos acompañe y sentir que acompañamos a cualquiera de los que amamos, y los que no, pero cuando se crea una independencia que no viene a cuento y que algo de fuera hace que la distancia pase de un palmo a.. no sé cómo describirlo, a rozarte con sus espinas, no es bueno. No es serio, como me dijeron una vez. No es lógico, ni bueno, ni decente, ni maduro.

No voy a pecar de intentar ser juez de nadie. Caemos tantas veces que ya es algo que no lo consideramos como fuera de lugar.
También os digo que lo mejor es hacer las cosas sin esperar ser vistos ni juzgados (declarados inocentes), porque podemos abrazarnos a una esperanza de un consuelo plagado de espinas.


sábado, 12 de mayo de 2012

Nadie.


Se necesita aire puro para depurar todo lo que hemos tenido que tragar.
Llorar para limpiar todo aquello que hemos visto.
Zambullirnos en un océano donde las criaturas nos acarician y nos recuerdan lo bello que puede ser vivir.


No es que crezcamos, no.
No es que el tiempo acabe con nuestra ilusión y nos demacre con heridas y cicatrices que nunca se cierran.
Hay cosas que no podemos controlar, es cierto, pero la ilusión, además de nosotros, no nos la quita nadie.

(:

Me gusta escuchar.
Antes que soltar todo lo que llevo dentro, que también me gusta, prefiero ver qué me puede decir lo de mi alrededor.
La mejor manera de aprender es en silencio, cuando quien tienes delante casi se olvida de que estás ahí y no repara en que no hablas desde hace un buen rato.

Luego procesas y se te olvida mientras tanto agradecerle la Coca-cola a la que te han invitado.

jueves, 10 de mayo de 2012

Eso es.

Sigo el camino que me deja, parezco una chiquilla detrás del señor de los helados.






Jodidamente bien, es exactamente eso.


miércoles, 9 de mayo de 2012

No hay nada como ser claros.

Hoy ha sido un día de reflexiones, tanto compartidas como personales con mi amiga la conciencia.
Y he sacado muchas conclusiones, igual que he sacado algunas de esas eternas interrogantes que me cuestionan de vez en cuando.


Mirad.
Tengo demostrado que todos somos personas. Aunque hagamos cosas extraordinarias, pero todos somos personas.
Diréis. Imbécil, ¿no? ¡Claro que todos somos personas! Pero os aseguro que se nos olvida, porque, aunque hagamos cosas extraordinarias, ya sean buenas o malas, somos eso, personas que fallan. Máquinas de hacer el bien con alguno que otro cortocircuito, cruces de cables que pueden armar un desastre, o un ligero cambio en cada uno de nosotros, que es lo que nos lleva a ser mejores o peores a la hora de emprender nuestra misión aquí.
Pienso yo. Decir lo que pienso realmente es un placer... pero el saber cómo y cuándo decirlo se convierte en todo un arte, en ser unas máquinas perfectas en ese campo. Y sigue siendo placentero el hecho de no quedarte a medias, aunque siempre he considerado que las palabras afectan más que los hechos. Se puede cambiar ese aunque.


Y bien, somos personas. Muchas personas que nos vamos cruzando unas con otras. Hay puentes entre ellas, al igual que muros, unas se paran para dejar de mirar el suelo y ver al que tienen en frente y otras no, cosas que pasan, ¿no?
Pero vamos a ver. Es curioso cómo entre tanta gente, entre tanto bullicio, quejas, reproches, pullas, consejos, cotilleos, balbuceos... ¡Al carajo todo! Toca escuchar a lo que dices tú. Entre tanta gente, tanta máquina de fabricar errores por sistema, ¿por qué coincidimos con quien coincidimos? En este gran catálogo de muñecos disfrazados de mentiras, tenemos que elegir a ellos.


Y así es como te mueves.
Y entras en el juego, un juego que no tiene reglas, esa es la única válida. Se puede hacer cualquier cosa, pero sin que se de cuenta el otro de lo que verdaderamente buscas. 
O no. Hay otros que juegan a ser claros y patentes, o directamente, no juegan, se pasean observando cómo cada uno de sus compañeros va dando paso a paso, y el por qué.
Entre tanta gente, después de haber tragado malas jugadas y mentiras por parte de los de tu alrededor, después de verlo todo como si fuese mecánico, porque lo era, somos máquinas de fabricar fallos, aparece alguien con el que alguna vez te cruzaste, "Hola", "Adiós", una serie de pasos que ni ellos mismos fueron capaces de describir, allí se encontraron, mirando al suelo, se chocaron y ahí se quedaron.
Es curioso cómo todo lo de alrededor cambió con un simple y polémico choque.


No hay nada como ser claros.



lunes, 7 de mayo de 2012

Una bestia de ojos melados.





Una vez soñé con una enorme criatura, parecía la más fiera de las bestias, pero había algo que me decía que podía confiar en que estaría segura.
No llegué a determinar el color de sus ojos hasta tenerla bien cerca, me aproximé con cautela, a diez pasos de distancia era capaz de escuchar el latido de su corazón.
Temerosa aún, admiré esos espejos que tenía a modo de escamas, recorrí su esbelto cuello con la mirada y planeé cómo reaccionar a la mínima señal de peligro. 
Sus ojos parecían también asustados, y algo me picó en la conciencia, como si estuvieran acariciando mis pensamientos, y me contó que llevaba tiempo buscando a alguien que no le amenazara con violencia, que mantuviese la calma y que compartiera un poco de compañía.
Es curioso como sentí que esa enorme criatura se pudiera sentir sola, y cuánto tiempo había estado buscando a alguien como yo.
Yo, el último eslabón de mí misma, alguien tan pequeño y exenta de experiencia, alguien que nunca sueña, pero en esta ocasión era consciente de mi propio sueño, y seguí conversando con la enorme bestia.
Bajo ese aspecto feroz, de grandeza, como si esas espinas hiciesen una barrera impenetrable, se escondía un cálido apoyo para los viajes largos y ajetreados. En ese momento, efecto de mi yo consciente, me sentía cansada, y lo que necesitaba en ese momento era alguien distinto con quien compartir mis pensamientos, el aliento con el que rozaba mi conciencia era suave, todo mi ser estaba tenso, pero esos ojos melados hacían que se relajaran, tanto en el sueño como en mi yo real.
Era curioso, evidentemente, algo así de maravilloso (aunque fuese un sueño) me llamó la atención, ¿pero cómo era posible que a esa genialidad de mi imaginación se le hubiese ocurrido posar su atención sobre mi efímera presencia? 


Ambos estábamos cansados. 
Siempre había soñado con dormir bajo las alas de una criatura así, sentir su pulso rodeándome, esa tranquilidad que apaciguaría cualquier tipo de entredicho, todo parece pequeño, pero esta vez me gustó sentirme pequeña.
Le pedí que al amanecer me llevara sobre su lomo y que esas espinas que parecían ser una barrera para mí me las prestara para aferrarme a sus escamas resbaladizas. Y lanzarnos al cielo mientras siento cómo se hinchan sus músculos. Volar lejos, y quedarme bien cerquita para no quedarme por el camino, llegar a cualquier destino, ¿por qué no dirigirnos a ningún lugar?





domingo, 6 de mayo de 2012

Moldeen sus máscaras.


Llega un momento en el que podemos caer en el error de dejar que el estar incómodos nos moldee una cara que no es la nuestra.
La forma de ser, la actitud con las personas se forja dependiendo de la actitud de los que le rodean, la virtud se alcanza cuando eso nos da igual, pero eso es algo que se gana con la experiencia.
Lo hacemos sin darnos cuenta, supongo que si no eres consciente de tu cambio no tienes del todo la culpa, pero una vez que te das cuentas del fallo, hay que rectificar.
Suele ser más fácil cuando cambias de gente, no te relacionas de la misma manera, es así con todos los de tu alrededor. Una pieza cambia y el puzzle ya es distinto que antes, y quizás, sólo quizás, es posible que fuese una pieza equivocada la que antes había. Y tu actitud cambia, la forma de mirar las cosas, vuelve la libertad de actuar tal y como eres, sin ese miedo que antes te daba sin haber llegado a ese momento de cambio.

Cometemos el fallo de engañarnos a nosotros mismos diciendo que todo va bien, seamos realistas, no va todo bien. Vamos a quitarnos esa venda y vamos a ser de verdad lo que queremos ser, y si eso implica ser felices, no hay mal que por bien no venga... ¿no?

sábado, 5 de mayo de 2012

Recuerdos nuevos.

Sentirte una sombra anclada a su destino. Tener las ansias de una paridad que se contradice, pero sentir que estás en el camino correcto le sabe al más tierno de los besos.
Todo se vuelve extraño, nada así hubieras hecho antes, pero lo haces, y te gusta, la contradicción se disuelve en poco tiempo, o esa es la percepción.
Se encoge, lo que te impulsa a seguir viviendo se encoge y palpita al ritmo que marca la ausencia de conciencia. Simple y llanamente te digo que digo que si crees que merece la pena apaláncate ahí, sé un ocupa de los que parece que nunca se van.


La pared se ha quedado casi vacía, necesito recuerdos nuevos.

La estupidez de la contradicción.



De vez en cuando, los días y vivirlos (atentos, no la vida) son los que te dan lecciones.
Ayer aprendí, después de conversar con alguien especial, que lo que hacemos no hay por qué ponerle nombre. 
Desde luego, el hombre y yo estamos aquí para ser feliz. Tenemos que sacar la luz de donde sea, llámale como quieras, pero hay que darse cuenta, tarde o temprano, de que nada va a ser eterno (excepto la estupidez humana), hay que poner los pies en el suelo y ponerle nombre a lo que hay hoy.

Me llamó la atención que casi todos nos reunimos por problemas, para hablar sobre lo que va mal, la típica frase impersonal "Tenemos que hablar." que te deja frío.
¿Por qué no nos reunimos para hablar y ser conscientes de por qué nos va tan bien y mantenerlo?

Y aquí una reflexión de alguien que contribuye a esa estupidez universal.


miércoles, 2 de mayo de 2012



Dicen que cuando estás a gusto te olvidas de lo demás.


Pero qué mala memoria tengo últimamente...

martes, 1 de mayo de 2012

Vete.


Pasó de amarle y adorarle a una especie de desprecio compasivo inexplicable.


Déjame con mis historias, que me voy a otra parte. 
Lejos, muy lejos.





Muros.



Que alguien me explique cómo se construye un muro de cristal ante el pasado.
Que alguien me deje una piedra enorme, fuerte, para romper el que no me deja ver la burbuja en la que estoy metida hoy.
Que alguien me enseñe a sonreír por lo que pueda pasar mañana.


Claro que todos tenemos secretos guardados bajo llave en algún lugar polvoriento, tan metidos y regocijados que ni nos acordamos de que están allí.
Un lugar frío, se mantiene así gracias a nuestra mente, los secretos que hay allí suelen ser despreciados, anhelan ser acariciados por el perdón, pero el corazón a veces tiene razones que la razón no comprende para atarlos allí.

Todos tenemos algo que ocultar.
Pero no tiene nada que ver con el orgullo, no.
Solamente es poder seguir caminando sin llevar tanto peso.
No se confundan, no es mentir. Es mantener a esos secretos atontados, precio que hay que pagar para mantener a salvo la sonrisa. Y esas ganas de seguir, escasean.

Una broma pesada.



El gran teatro, la gran obra del mundo y de la vida, donde los directores no son ni veraces ni coherentes, el método del canalla es el que se sigue aquí, nos hacemos nuestro sitio en palcos verticales de por vida.

Todo una total farsa, nada es tan bello como parece. Poner un pie fuera de este maldito teatro y una lluvia de cristales, los que rompiste con tus propios fallos.
Y no morir, agonizar.

Somos nosotros.



Lo que me queda es saber que todo fue algo bueno.
Ahora mismo quisiera evadirme, gritar hasta que no me quedara nada, y soltar todo lo que no sea semejante a la pureza.
No somos conscientes de que todo lo que pasa es porque nosotros lo permitimos, preferimos decir que es cosa del tiempo o culpa de la pobre casualidad. Nada pasa por pasar, la suerte sólo se dedica a repartirse de mala forma y poner a prueba a esta gran mole de seres llamada Humanidad.
Somos expertos constructores de muros, de barreras, de abismos entre nosotros, de hacer las cosas mal porque parece lo más cómodo.
Expertos en tejer mentiras que nos rodean y en las que nos vemos atrapados por nosotros mismos, maldito día en el que comenzamos a crear esa vida que incluso nosotros hemos creído real. Y nos vemos cogidos, amarrados, cubiertos y sin poder movernos, porque esa gran mentira ya tiene que ser nuestra vida.
Y así vamos perdiendo oportunidades que se quedan pegadas en esa tela que no nos deja movernos con libertad, pero ya hay tantas que consideramos que forman parte de ella también, que son pura mentira.

No le echemos la culpa ni a la suerte, ni al tiempo.
Hagámonos expertos en derrumbar y destruir. Por esta vez, hagamos las cosas bien.