Cuentan que nunca podrían estar juntos.
El deber de uno y el del otro eran tan distintos como el día y la noche.
Era su naturaleza, su ser, su vida y su muerte cada crepúsculo, y al alba.
"El mar te ama, pero hoy eres mía."
"El cielo es tuyo, pero esta noche eres mío."
Cuentan que un medio día se hizo madrugada.
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