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jueves, 15 de marzo de 2012
No siempre va a ser así.
Estábamos de vuelta de unos duros e intensos días.
En el autobús, lejos de las idiotas que no dejaban a nadie descansar.
Varias horas quedaban para la llegada.
Me desperecé un poco, había dormido un par de horas.
Me quedaban un par de lagrimitas después de las lágrimas.
- ¿Ves eso?
- ¿Mmmmm? Tío..
- ¿Lo ves? Pues es es regalo más bonito que nos da el día: el amanecer.
Y ese momento se me quedó grabado para toda mi puta vida.
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Hay cosas tan cotidianas que no se les presta la atención que merecen, quizás porque se nos dan sin llegar a pedirlas. Cuando aprendemos a valorarlas, esa lección queda aprendida para toda la puta vida, como bien dices.
ResponderEliminarSaludos de ANTONIO