En cambio, la calma siempre está como la cucharilla en el tarro de azúcar, hay que buscar un poco y por el camino te encuentras momentos agradables que te llevan al bienestar.
Pero, como todo, todo tiene siempre algo que te chafa el cuento, que hace que vuelvas a la realidad, que te reclama para hacer lo que nadie quiere hacer.
Palabras de una adolescente en un mar de desastres.
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