Le daba gracias por un día más. No era capaz de pensar en que las gracias se daban por cada segundo que pasaba frente a ella, regalando recuerdos nuevos, dejando marca en cada rincón de su ser, siendo su amigo, su compañero en el camino, un ser al que adorar y amar incondicionalmente. Alguien con quien todo era sencillo y odiosamente increíble, tanto que no parecía real ni posible.
Y esperar algo tan estúpido como llegar a su cama y dejar todo el olor que se pueda para sentirte especial...
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