Anuncio

viernes, 15 de junio de 2012

Sueños baratos.

Jugaba a ser la reina de la noche cuando no era capaz ni de dirigir su propio cuerpo.
Creía ser la musa de los focos, pero no veía que ese rincón no tenía ni una luz.
Paseaba con sus altos tacones, el sonido de las agujas posándose sobre las viejas baldosas retumbaba por la calle, imaginaba que los hombres se volvían y tiraban sus chaquetas para que ella pasara por encima, no veía que la tomaban como una puta barata, borracha y despeinada que se paraba a fumar en cada esquina.
Soñaba con esperar en la puerta de un lujoso hotel y que apareciera un rico y apuesto hombre, que fuera capaz de verla tal y como era, pero como ella creía que era no concordaban, en absoluto. Por eso terminaba en la puerta de cualquier bar y metiéndose en el coche de cualquiera menos borracho que ella, amaneciendo en una cama desconocida y sola como ninguna. Cuando veía salir el sol en cada nueva habitación empezaba a llorar en silencio, prometiéndose a sí misma que no volvería a pasar, pero se le olvidaba a cada nuevo pinchazo sobre su brazo calloso.







Todo el mundo tiene derecho a soñar, pero también tiene todo el mundo derecho a vivir.



No hay comentarios:

Publicar un comentario