Muchas veces he intentado reflexionar y estar segura de cuál es tu sitio, tú sabes, esas dudillas raras que surgen con el paso del tiempo.
Me lo dices y me lo repites, se me queda la típica cara esa.. ¿Cara de gilipollas? Hasta se reían de mi porque era demasiado evidente...
Como si fuese estúpida. Con mis gafas de optimismo decidí soñar. Un extraño y virtuoso paso por mi parte.
Pero ya sabes, eso de aprender de vez en cuando cosas nuevas no llega a estar del todo mal. De hecho, en estos años en los que me has ido llevando de la mano he llegado a comprender gracias a tu paciencia grandes incógnitas, o parte de ellas.
Me toca estar atenta. Me lo enseñasteis tanto tú como Tú.
Gracias a los dos.
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