Anuncio

sábado, 30 de marzo de 2013

Volvemos a lo pequeño.

Podemos crecer, envejecer, madurar, olvidar, llorar, rabiar de dolor, que hasta al más duro hombre y el abuelo más cascarrabias... bien tengo la certeza de que alguien tan chiquitito puede arrancarle una media sonrisa de cuajo, ¡aunque no se vea!

Mi eterno e incansable consejo, uno que aprendí del papá de la enana que veis aquí: nunca dejéis atrás el niño que tenemos dentro. Y dejemos que ellos nos ayuden a seguir adelante con los problemas hechos trizas, siendo tan pequeños... pueden con todo :)


No hay comentarios:

Publicar un comentario