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domingo, 7 de julio de 2013

Yo dije no.


 Joder.. él era mis noches y mi aliento.
Él era la chispa que me hacía caminar.
Era el buen amanecer de mis días raros.
La luna en mitad de mi oscuridad.

De ella me sacó, y en otra más profunda me metió.



Cosas de niñas, ¿no?
La inocencia. Meter la pata. Decir no. Obligarte a que sea que sí.

Mil noches de no poder respirar.
Poder respirar y que sus ojos no se apartaran de mi mente, el recuerdo de su piel era como notar briznas de hielo hincándose en mis sienes.

"Todo esto es culpa mía."

Lloré.
Me aterré a mí misma.
No encontré consuelo.
Pellizqué mi conciencia hasta que sangré, mil veces.
Desgarré mi voz sin que nadie me oyese.
Me ahogué en mis lágrimas y mi silencio.



Y el silencio vino a mí...

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